Este fin de semana he estado en Sevilla en las segundas Jornadas estatales
sobre PBL (Project Based Learning) y metodologías activas y ha sido una
experiencia buenísima. He vuelto a ver a gente que conocí en la primera edición
(no a todas, pena) y he desvirtualizado y conocido a más personas. Algunas
realmente interesantes. Especialmente quiero agradecer a Marta, Lucía y David
por haberme permitido participar en su proyecto.
Ha habido gente que ha dormido en hotel y quisiera transmitir mi
experiencia, ya que el alojamiento ha sido un experimento personal que formaba
parte de los objetivos en el viajecito a Sevilla (oh, Dios mío, ¿¿estoy
haciendo de mi vida un PBL??).
He dormido en casa de Isra, una persona que
es referente para mi, junto con más amigas de Sevilla (ya llevo tres veces el
nombre de esta ciudad, no es casual), en el ámbito del decrecimiento y los
movimientos sociales de los que tenemos mucho que aprender en Euskal Herria. Y
he dormido en su casa porque ya le conocí/desvirtualicé hace un mes en un
encuentro estatal sobre decrecimiento (<mira lo que es, cuando quieras y puedas)
que se hicieron en Vitoria.
Han creado una moneda social llamada Puma,
que surge en el espacio y la situación social particular de la Plaza del Pumarejo. Me hice socio para usar esta moneda
alternativa al euro y aprender sobre el funcionamiento. Al llegar a su casa, el
jueves, me dijo: “…ya hablaremos sobre el precio del alojamiento, que no tengo
claro si te quiero cobrar…” He pasado, por lo tanto, estos tres días
pensando en si me iba a cobrar, cuánto estaría bien pagar, si está bien pagar…

Llegué a la conclusión, esta madrugada de domingo, de que si no nos
cobrábamos-pagábamos sería un auténtico fracaso de práctica decrecentista.
Habríamos reproducido y reforzado el sistema economico (sistema de relaciones
sociales) en el que hay cosas que son gratis (familia, amigos), y hay cosas
serias, delicadas, peligrosas, que hay que hacer en clave de contrato, dinero
oficial y respaldo policial. Pero precisamente estamos intentando fomentar la
creación de herramientas que nos permitan controlar ese abismo que hay entre un
ámbito y el otro; entre lo puramente amoroso y utópico, y lo puramente
“económico”, mercantil y esquizofrénico que hace tiempo que está demasiado
lejos para escuchar los gritos del sentido común. Abismo que crece o se hace
evidente, por ejemplo, a medida que crece el número de paradas en el estado
español que, literalmente, no sabe qué hacer cuando se levanta por la mañana
porque el mercado no le quiere comprar nada (digno) de lo que puede hacer. Lo
he vivido. Bueno, no es cierto.
Por lo tanto, al realizar el pago de 30 pumas y coger por los pelos el bus
de vuelta (gracias a que el conductor del C3 ha corrido por mi), voy (sin wifis)
contento hacia mi recién adquirida ciudad (tengo una participación entre 239.562), Gasteiz. Ciudad en
la que ojalá podamos arrancar algún día un medio de producción como este (una
verdadera herramienta de Seguridad divernacional...) e Isra pueda venir a mi casa
y pagarme con almendras.
PD: porque, antes o después, tienes que venir; me debes un queso andaluz,
te he dejado un trozo de Idiazabal en la nevera je je je ;-)